La historia de Juan Pablo
Como hijo de padres artistas, crecí dibujando y pintando, y planeaba ser algún día animador. Pero luego, descubrí el performance.
Terminé la licenciatura en danza contemporánea y empecé a trabajar como bailarín profesional en Chicago: El Musical — pero después de ocho meses en el coro, me di cuenta de que quería estar adelante. Volví a cambiar de rumbo y empecé a formarme para ser actor. Era una colina difícil de subir, especialmente empezando desde cero. Interpreté papeles en pequeñas obras de teatro antes de pasar a roles pequeños en programas de televisión, apariencias en videos musicales y actuaciones como extra de baile en películas. Finalmente, conseguí mi primer papel protagonista en una película: Survival Island (2005).
Creo que todas las personas LGBT luchan con su orientación sexul en algún momento. Yo me crié en Buenos Aires en los años 80 y 90. Por aquel entonces, Argentina tenía una fuerte cultura machista, y ser “mariquita” era un suicidio social, así que, por supuesto, luché con la cuestión de cómo, cuándo, o incluso si alguna vez podría vivir abiertamente como un hombre gay. Tuve suerte porque mi madre decidió hablarme de mi sexualidad cuando tenía 19 años. En aquel momento no estaba preparado para salir del closet, pero tuve la oportunidad y la aproveché.
Profesionalmente, nunca he estado en el closet. Nunca dije nada, ni en un sentido ni en otro, sobre mi orientación. Mantuve un perfil bajo porque siempre he sido una persona reservada. No creía que importara, pero a veces llega un momento en que uno quiere dejar claro al 100% quién es y qué defiende.
Ese momento llegó para mí en 2019. Tuve la oportunidad de dar una charla TEDx, en la que me pidieron que hablara sobre mi vida personal y mi trayectoria artística. Mientras le contaba al público que todo el mundo pasa por momentos dolorosos, acoso e insultos, mencioné por casualidad que era gay.
Ahora, me encanta joder a mi público (por ejemplo, en mi programa MINUTIAE), así que, por supuesto, me encantó incluir esta información en una entretenida historia sobre Jesús y la pornografía. Pero el comentario no pretendía ser una revelación trascendental. Por supuesto, a la prensa le encantan los ángulos literales, así que enmarcaron la historia como si yo acabara de salir del closet después de esconderme durante 38 años, aunque mi familia y mis amigos ya lo sabían. La realidad es que compartí mi “secreto” porque me dirigía a estudiantes y creía que mi experiencia podía servirles de inspiración en un mundo en el que todavía queda mucho por hacer respecto a la aceptación.
En mi caso, no sentí que una salida del closet tan formal fuera necesaria en 2019, pero creo que ser capaz de encontrarle el humor sí lo era. Al fin y al cabo, cuando podemos reírnos de nosotros mismos es cuando podemos curarnos y seguir adelante.
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notas del artista
Publicado en Issue VIII: Art